Si algo me enseñó la vida es que no hay que rendirse. Te caerás más veces de las planeadas. Llorarás y te arrastrarás. Sufrirás como nunca. Intentarás rendirte, te plantearás muchas cosas que antes no te habías planteado. Dejar todo será tu primera opción. Pero...lo maravilloso es doloroso. Si te rindes, no encontrarás satisfacción. Cuantas más veces caigas, más valorarás tu objetivo ya conseguido. Que llega un día que dejas de caer. Y es cuando sientes que te comes el mundo.
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